LAB-CO impulsa la implementación, el monitoreo y la generación de evidencia del Modelo CORE, una intervención terapéutica dirigida a hombres que han generado violencia basada en razones de género en un contexto de pareja, cuyo objetivo es reducir conductas agresivas y prevenir futuros comportamientos violentos de los participantes. La iniciativa se realizar en el marco del proyecto de “Knowledge for Action to End Violence Against Women and Violence Against Children” financiado por la Sexual Violence Research Initiative (www.svri.org), una red de investigación global, y en alianza con Prosociedad, una asociación civil basada en Guadalajara y especializada en el desarrollo e implementación de modelos para la prevención de la violencia (www.prosociedad.org).
El objetivo del proyecto es construir un modelo basado en evidencia, escalable y replicable en otros contextos de México y América Latina, que permita a los hombres participantes reconocer sus conductas agresivas y desarrollar habilidades para gestionar sus conflictos de manera no violenta, contribuyendo con ello a la construcción de un entorno más seguro para las mujeres.
La violencia contra las mujeres es uno de los principales problemas de seguridad en México y Latinoamérica. Entre 2022 y 2023, en México, se reportaron más de 566 mil casos de violencia familiar y 1,793 feminicidios¹; esto, a pesar de que, durante este mismo periodo, el Gobierno Federal de México destinó más de 2 mil millones de pesos para la atención a la violencia contra las mujeres². Aunque se han logrado avances significativos en la atención a las víctimas de la violencia de género, los programas dirigidos a hombres que ejercen este tipo de violencia hacia sus parejas siguen siendo limitados. Además, muchos de estos programas carecen de evidencia que respalde su efectividad a mediano y largo plazo.
El Modelo CORE se presenta como una solución innovadora y costo-eficiente frente a este panorama. Ofrece a las instituciones encargadas de abordar la violencia de género una respuesta efectiva a corto plazo, mientras que brinda a los hombres participantes herramientas para transformar sus patrones de comportamiento y fomentar relaciones más saludables y equitativas
El Modelo CORE consta de 18 sesiones de terapia grupal, las cuales se realizan una vez por semana con una duración de dos horas cada una. Cada grupo se integra por hasta 12 participantes, quienes son guiados durante este proceso por una persona terapeuta y una persona mentora, ambos perfiles específicos con formación en psicología, específicamente en Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), Terapia Dialéctico-Conductual (DBT), así como con entrenamiento en la aplicación del Modelo.
Paralelamente a las sesiones terapéuticas, la mentoría se centra en apoyar a cada participante en el desarrollo de su plan de vida. Este plan está orientado a actividades como formación profesional, mejora en la empleabilidad, superación académica, entre otras.
El Modelo CORE tiene sus fundamentos en la psicología, particularmente en el enfoque Cognitivo-Conductual-Contextual, el cual reconoce la influencia de las experiencias individuales y de los contextos sociales en la generación de comportamientos abusivos, ofreciendo herramientas específicas para la modificación de patrones de conducta.
En el marco del enfoque Cognitivo-Conductual, CORE retoma las experiencias del modelo ACTV (Achieving Change Through Values-Based Behavior), el cual apuesta por un tratamiento focalizado en la reducción de conductas violentas al incrementar la tolerancia a experiencias negativas y promover la conciencia de que dichas experiencias no deben determinar el comportamiento subsecuente. Estudios recientes indican que las intervenciones basadas en el modelo ACTV podrían ser más efectivas en la reducción de conductas abusivas que aquellas inspiradas en el modelo Duluth. Este último, ampliamente utilizado para la atención de hombres agresores, se centra en analizar y desmantelar las dinámicas de poder y control que sustentan las conductas abusivas, desde un enfoque de igualdad y responsabilidad. En contraste, el modelo ACTV incorpora estrategias de intervención basadas en evidencia que abordan tanto el contexto como los valores individuales de los participantes, lo que refuerza su potencial eficacia.
En términos generales, aunque el enfoque ACTV es relativamente nuevo, ya ha sido implementado para hombres condenados por violencia doméstica en los Estados Unidos, mostrando una mayor efectividad y resultados significativos en la reducción de la reincidencia frente a las intervenciones tradicionales basadas en el enfoque Duluth³.
En el marco de este proyecto, el Modelo CORE se implementará en el Área Metropolitana de Guadalajara, Jalisco, desde agosto de 2024 hasta diciembre de 2025. En total, se conformarán ocho grupos de intervención, a través de los cuales se atenderá a 96 hombres responsables de delitos relacionados con violencia de género en contextos de pareja. Estos participantes serán canalizados directamente por las instituciones de procuración y administración de justicia.
De manera particular, LAB-CO y Prosociedad se ha vinculado con la Unidad Estatal de Supervisión de Medidas Cautelares y Suspensión Condicional del Proceso (UMECAS) de la Secretaría de Seguridad del Gobierno de Jalisco. Esta unidad, a solicitud de una persona juzgadora, remite a los hombres que cumplen con el perfil requerido para participar en el Modelo. En este contexto, el Modelo CORE adquiere una relevancia significativa al ofrecer una respuesta efectiva ante la creciente demanda de atención a hombres procesados por este tipo de conductas en el sistema de justicia penal.
Paralelamente a su implementación, liderada por Prosociedad, LAB-CO desarrolla un riguroso sistema de monitoreo y evaluación. Este sistema tiene como objetivo rastrear y analizar los cambios en las conductas de los participantes, además de identificar áreas de mejora en el diseño del Modelo CORE. Todo ello busca generar evidencia relevante dentro del contexto mexicano.
Tras esta experiencia de vinculación institucional, implementación y monitoreo y evaluación para la generación de evidencia, el Modelo CORE contará con una base sólida y sistematizada de manuales y protocolos de implementación; instrumentos de medición para monitorear los datos producidos y las herramientas que permitirán el escalamiento y la réplica en otras entidades federativas, o incluso, con algunas adaptaciones, en otros países de América Latina.
México y América Latina comparten una creciente necesidad de encontrar soluciones innovadoras para atender el problema de la violencia basada en razones de género. Si bien, el Modelo CORE está siendo implementado en Guadalajara, su adaptación y réplica a otros contextos representa una alternativa prometedora, pues ofrece una metodología de implementación e instrumentos de medición homologados basados en evidencia que pueden ajustarse según las características de cada realidad local.
Asimismo, la implementación del Modelo CORE en otros países podría aportar significativamente a la construcción de evidencia sobre su eficacia. Esto permitiría compartir datos e información, identificando de manera colaborativa patrones de conducta y cambios en hombres que ejercen violencia de género en contextos de pareja. De esta forma, se contribuiría a los esfuerzos regionales para erradicar la violencia de género.
³Lawrence E, Mazurek C, Reardon KW. (2021). “Comparing recidivism rates among domestically violent men enrolled in ACTV versus Duluth/CBT”. J Consult Clin Psychol. Mayo;89(5):469-475. doi: 10.1037/ccp0000649. PMID: 34124928.
Referencias
Publicación de los principios del Modelo CORE: https://www.lab-co.org/publicaciones/
Lanzamiento de la primera publicación del Modelo CORE: https://www.facebook.com/share/v/mn7oXC7D2PBAJuMi/?mibextid=oFDknk
Lanzamiento del Modelo CORE con financiamiento de SVRI: https://www.youtube.com/watch?v=7Sw_0p_gseM